miércoles, 27 de octubre de 2010

Resiliencia


Hoy me apetece escribir sobre esta palabra, Resiliencia, porque hace un rato, estaba pensando en un dicho : -cuando una puerta se cierra, otra se abre-, eso se suele decir y creo que así puede ser la vida, si nos lo proponemos y lo fuerte y más curioso, es que, a veces, no sólo se abre una puerta, se puede abrir una puerta, una ventana, un balcón y porque no sé qué más se puede abrir, porque fijo que se abre, si nos empeñamos en ello.

La verdad es que, a veces, nos obcecamos con cosas que no nos funcionan o simplemente, no pueden ser y que nos gustaría que pasaran, pero por los motivos que sean, no pasan, o quizás nos ha pasado algo, que no deseábamos que nos pasara... Pues ante todo esto, por mucho dolor que sintamos, podemos buscar algo que nos mueva para continuar adelante, en lugar de hundirnos entre nuestras propias lágrimas, aunque desahogarse es bueno y llorar, a veces, necesario, lo que no es tan bueno es anclarse en ello.

Lo más importante, ante un obstáculo, desilusión o cualquier cosa que nos haya desmotivado, es seguir caminando, luchando, para superarlo, seguir ilusionándonos, centrarnos en nuevos objetivos y seguir soñando, plantando flores en nuestro propio desierto, porque todo esto son motores que nos pueden ayudar a seguir en este sendero, por el que andamos, que es la vida.

Todo esto lo escribo para aquellas personas que, por cualquier motivo, han caído en el desánimo, en la desidia, desgana o depresión, a estas personas, les digo que no hay que rendirse, jamás tirar la toalla, porque el mundo sigue estando ahí fuera, esperándonos y hay tantas personas que nos esperan, tantas cosas por hacer, nuevos amaneceres que ver, estrellas fugaces a las que pedir nuestros deseos, nuevas vivencias que experimentar…

¡Es cierto! No me estoy inventando nada nuevo, porque siempre queda tanto por seguir aprendiendo y descubriendo, que aunque en algún momento nos derrumbemos, en el fondo, en nuestro interior sabemos que podemos elegir, eso es lo podemos decidir pensar, que nosotros mismos elegimos y lo podemos hacer entre : encerrarnos en nuestro propio victimismo y derrotismo (¡qué mundo más injusto, buuaaaa!) o salir ahí a fuera y seguir valorando y agradeciendo que seguimos vivos y que tenemos tantas cosas por hacer todavía… (siiiiii, ¡el mundo me está esperando!)

Y ya, por último, decir que la palabra del título de este post, Resiliencia, que yo ni siquera conocía (antes de conocer a una persona a la que admiro, aprecio y le estoy enormemente agradecida), me despertó a un mundo nuevo, donde la capacidad de recuperarnos ante cualquier obstáculo, de nuestras vidas, cobra un valor indescriptible, haciendo que saquemos fuerzas de nuestras flaquezas, para seguir adelante con valentía, aprendiendo de cada experiencia vivida y dejando atrás todo aquello que ya no nos sirva, para comenzar una nueva vida, porque a mi me gusta mucho una frase : “hoy es el primer día de tu vida”.

Gemma-Enoa