A veces, las palabras son demasiado gratuitas… es tan fácil criticar, juzgar, pensarnos mejor que el vecino… todo porque no reconocemos que él puede ser nuestro propio espejo, porque hay que saber que muchas de las cosas que no nos gustan de los demás, quizás las hacemos, pensamos o decimos, nosotros mismos, por eso digo que hablar es demasiado gratuito…
Creo que podríamos detenernos antes de juzgar, mirarnos a nosotros mismos antes de criticar, porque las comparaciones son odiosas, ¿o no les ha pasado nunca que alguien espere algo de uds. como si fueran otra persona o que, al contrario, ya de entrada, no les de la oportunidad de seguir conociéndoles por un simple detalle absurdo, porque les recuerda a alguien de su pasado y le entra el miedo de que les decepcione, como aquel/la?
Eso duele, porque nosotros no somos esa misma persona, nos han prejuzgado y creido como ella… y luego haremos lo mismo nosotros, como si de un efecto mariposa se tratara, no dando la oportunidad de seguir con una amistad u otra relación, porque pensamos que esa persona también nos decepcionará…
Podríamos romper ese efecto mariposa, no haciendo lo mismo que nos han hecho y nos ha herido, podemos aprender de ello, superarlo y seguir adelante… Por mi parte, intentando poner mi granito de arena, en este mundo tan loco, inicialmente, cuando hago una nueva amistad, sin esperar grandes cosas, pienso tan solo en “conocer” en dar a esa persona la oportunidad de entrar en mi mundo y compartiendo hasta donde, ambos, queramos compartir… y el resto ya se verá, el tiempo dirá si ha nacido una verdadera amistad, pero si ya empezamos comparando, prejuzgando, etc… más vale quedarnos en casita, en nuestra propia burbuja de cristal, a salvo, sin arriesgar y no ir, por la vida, haciendo daño a los demás, como va mucha gente, hoy en día.
No olvidemos que, a veces, somos espejos y también, si queremos, podemos ponernos en los zapatos de los demás, para comprender sus motivaciones para actuar de una determinada manera, que a lo mejor no ha sido, del todo, la correcta, pero ¿y nosotros? ¿siempre actuamos correctamente?…
Y ya para acabar, me acordé de una película encantadora, donde se muestra todo lo contrario al efecto mariposa, del que hablaba antes, en las relaciones humanas, donde se desarrolla un proyecto para cambiar el mundo, que trata de hacer el bien a los demás, altruisticamente, se llama “Cadena de favores” hace tiempo que me encandiló y hoy la voy a volver a ver, porque sé que todavía queda buena gente en el mundo, porque todavía tengo esperanza, porque he conocido personas que no sabía ni que podían existir y siguen ahí y seguro que hay más por descubrir.
Un abrazo para todos mis espejos ;-)
Gemma-Enoa.