miércoles, 25 de marzo de 2009

El mundo de los Sueños.

Enoa llegó a la Tierra de los Sueños...

Se llamaba así, por sus árboles, llamados Sueños, eran árboles frondosos, pero no todos contenían frutos, los había que en toda su vida, miles y miles de años, nunca habían conseguido que brotara, ni tan siquiera, aquella flor, que nace en primavera, antes de convertirse en fruta...

...En aquellos tiempos, Enoa se encontraba bien consigo misma, sentía que el viento le iba soplando a favor, un nuevo mundo se abría ante ella, con miles de cosas por hacer, proyectos por los que luchar, ilusiones por hacer realidad, un universo de posibilidades, donde poder cumplir sus propios sueños....

Enoa creía, que en la vida, hay que aprovechar el momento que tiene cada uno y el suyo, sentía que era mágico, de repente, al entrar en esa tierra de los sueños, sintió cómo aparecía, ante ella, un abanico de colores, donde tenía la oportunidad de elegir el que más le gustara, el tipo de vida que, realmente, quería vivir...

Lo tenía claro, ya tenía un pasado, recuerdos bellos para no olvidar y algunos malos para no recordar, porque ya había aprendido de ellos...

Así que se abrian las puertas de la tierra de los deseos... en esas tierras, encontraba paz, el sol brillaba por las mañanas y llovía por las noches, como le gustaba a ella, sólo echaba en falta, de vez en cuando, poder compartir todo el amor que llevaba dentro, con alguien le cogiera de la mano y con quien realmente sintiera que quería estar. Mientras esto no llegaba, veía cómo las gotas de lluvia, iban empapando esos árboles y esa tierra, que mojada, tanto le gustaba cómo olía...

Decidió entrar por esas puertas hacía un tiempo, pero al entrar, estaba sola, lo que no sabía, era que al llegar ahí, le saldría gente por todas partes, personas con ilusiones por cambiar su vida, como ella, personas con ganas de disfrutar de una maravilla de regalo : LA VIDA, pero tenía que ir con cuidado, pues en cualquier descuido, de repente, aparecían otras, enfadadas con el resto del mundo, orgullosas, prepotentes y no tan buenas.

Empezó a conocer nueva gente, unos le sorprendían por su generosidad, por su bondad y humanidad, otros le decepcionaban por su egoismo o falta de sentimientos y capacidad de ser comprensivos o tolerantes...

En ese momento, decidió a acercarse a personas en las que pudiera confiar, que le aportaran buenas cosas, para crecer, gente de buen corazón.. y también a aquellos a los que de alguna manera, pudiera ayudar y ellos quisieran realmente esa ayuda... y alejarse, no sin sentir dolor, de aquellos a los que, faltos de puros sentimientos y de confianza en sí mismos y en los demás, la hirieran o utilizaran a ella y a otras personas y no lo reconocieran.

El camino era duro, pues hay de todo en este mundo, somos tan diferentes unos de otros, cada persona : un mundo. Enoa había sentido, mucho tiempo, en algunas personas de su entorno, lo peor que se puede sentir de alguien a quien se cree cercano: la desconfianza, los celos y la envidia, junto con todo lo que eso conlleva : el maltrato psicológico, el chantage emocional, la manipulación y la traición.

Apenas llegar, conoció a alguien que le abrio las puertas de su casa, su alma... y vió tanta belleza que quedó totalmente deslumbrada, hospitalidad, generosidad, sencillez, humildad, cercanía, sinceridad, complicidad, tacto, respeto, alegría, compañerismo, etc... Vio que a aquella persona le brillaban los ojos ante la vida, apreció que cuando veía una sonrisa en aquel rostro, se le iluminaba el mundo entero, descubrió que compartir con aquella persona, podría ser maravilloso.

Empezó a fijarse en los arboles de alrededor de esa casa, eran diferentes de los demás, tenían frutas de colores por todas sus ramas, esos árboles sí fructificaban, y la casa, sin ser diferente de las demás, tenía algo que la hacía tan especial...estaba envuelta de tantos arboles con tantos frutos... eso la hacía parecer más bonita, más acogedora, mas nueva que las demas, y todo parecía mucho más alegre...

Enoa se preguntaba porqué esa casa y esos arboles eran diferentes y llego a la conclusión que eso era la FELICIDAD. El poder apreciar cosas en la vida que muchos no aprecian, el poder ser generoso y ayudar a los demás, el poder ver la vida con la ilusión y el agradedimiento de poder vivirla, el sentirse cerca de los demás, ser sincero y complaciente, tolerante. La persona que vivía en esa casa era así y lo compartía, no lo escondía, aunque había gente que le odiaba por ello, pues había gente infeliz que no soportaba verle sonriendo, que no soportaba ver que otra persona pudiera disfrutar de algo que ellos no disfrutaban... y sus casas eran las más feas, los arboles estaban secos, nada de frutas, y aunque saliera el sol, su jardín siempre quedaba a la sombra, pues esas personas no querían ver su jardín iluminado, ni sus árboles con frutas, pues no estaban contentos de poder vivir la vida...

Esa persona, había intentado ayudar a muchos de ellos, algunos, habían dejado que les ayudara, y en seguida empezo a cambiar su jardín, pero otros, no querían ni tenerle cerca, pues creían que todo eso no era normal, que lo normal en la vida era quejarse de que todo fuera mal y que cuando les pasaba algo bueno, no podía ser, seguro que duraría muy poco tiempo y luego volverían a la desgracia de siempre...

Enoa se dió cuenta de dónde estaba la diferencia : el querer y desear la felicidad para uno mismo y para los demás, estar dispuesto siempre a aprender, agradecido, de personas con más experiencia en la vida, dándoles las gracias y dejar que de todo eso, nazcan los frutos, igualmente poder ayudar en lo que fuera, a aquellos que necesitaran ánimo y lo aceptaran, o el cerrarse en banda, no aceptar la ayuda de nadie y creer estar en el camino adecuado, igualmente, auqnue todo vaya mal, estancándose sin crecer, ni querer aprender, envidiando y odiando a los demás, cuando son felices y disfrutan de la vida.

La decisión está en cada uno. Enoa comprendió, por fin, que todos podemos ser Maestros de alguien y todos los demás pueden ser Maestros nuestros en algo.

A partir de ese momento, cada día se sentía más fuerte, cada día con más ganas, pues a la vez que se dejaba ayudar, también podía ayudar a otros en su camino y podía sentir cómo aquello, también la llenaba de dicha.

Y un día, decidió crear su propia casa, su propio jardín y plantar sus propios árboles, sin dejar de estar agradecida por haber encontrado cobijo en casa de varias personas que tanto le enseñaron... Aceptó su ayuda, aprendió todo lo que pudo de ellos. Y así, empezó a cuidar su propio jardín, a procurar desear siempre verlo iluminado y a adorar esos arboles que un día tendrían sus propios frutos..., segura de que algún dia sería así y haciendo lo correspondiente para conseguirlo, sin perder jamás la esperanza.

Y así fue como su casa fue cogiendo color, su jardín, cada vez más luz y sus árboles cada día con más frutos.

Pero todo eso, dejando siempre las puertas abiertas, para aquellos que, en algún momento, necesitaran su ayuda y nunca dejando de seguir aprendiendo de aquellos Maestros que fueran apareciendo en su vida.

Lo ideal sería, que en la tierra de los deseos, todos los árboles pudieran tener sus frutos y que en todos los jardines, un día u otro, dejaran de habitar las sombras.

Bienvenido al mundo de Enoa, si tu quieres.

Gracias a los que me seguís y dejais que también aprenda de vosotros, compartiendo vuestro camino por este mundo virtual o el real.

Os dejo esta canción que me encanta.

5 comentarios:

J. Marcos B. dijo...

...cada día se sentía más fuerte, cada día con más ganas, pues a la vez que se dejaba ayudar...

Dejarse ayudar es ya haber casi vencido el problema, es confiar de nuevo, es volver a abrirse al la vida llena de posibilidades mágicas. Siempre existe una solucion, siempre...
Lo que ocurre es que demasiadas veces no escuchamos ni lo que nuestro corazon nos dice, ni lo que a veces nos dicen la personas que nos quieren, o lo que leemos en los mensajes de los grandes maestros. Pero, un buen día, por fin nos dejamos llevar de nuevo y es en ese instante de entrega total que todo fluye de nuevo. La tristeza es un muro entre dos Jardines, dijo Khalil Gibran, y es Verdad, pero cuando encima uno sabe que el muro lo puso el, ahí es donde ya se esta despertando de verdad, tomando consciencia que por hacer caso a los miedos y demás creencias, uno se quedad estancado, paralizado como bien sabes, y por lo tanto no da ningún fruto... y, como la vida es un sueño...se puede cambiar, modificar cuando uno quiere de verdad, sin miedos, sin resistencias, solo con FE.

Volveré cuando pueda amiga, un placer haberte conocido y leer este sueño de Enoa.

Un fuerte abrazo zen. marcos.

J. Marcos B. dijo...

Ps: tengo otro blog, por si te interesa un dia de esos que tengas tiempo...

http://rumbohacialaluz.blogspot.com/

Abrazos

J. Marcos B. dijo...

Cranberries....me recordaste parte de mi juventud loca... Adoro a este grupo, gracias...!

Lila dijo...

qué bonito está este post.

Creo que tienes un universo de colores dentro de ti, tienes que ser una mujer, especial....

Gemma dijo...

A J. Marcos, no sé porqué no te contesté en su día... supongo que me quedo sin palabras al leerte y sin nada más que decir, porque tu ya lo dices todo, tienes un blog tan y tan especial, un abrazo lleno de paz para ti!

A Lila : Graciaaaaaaas! y sabes una cosa? TU sí que eres especial!!! Un besote wapaaa!